CAROLINA CALLE VALLEJO
En las cárceles de Colombia, las personas privadas de la libertad tienen derecho a comunicarse por escrito con el exterior. El reglamento dice que "no se establecerán limitaciones en cuanto al número de cartas que puedan escribir, remitir y recibir". Que "toda correspondencia que envíen se depositará sellada en un buzón". Pero... ¿y que pasa si alguien no sabe leer ni escribir?, ¿a donde van las palabras que no se dicen?, ¿a dónde van esas letras que no se escriben?
Una periodista entró a la prisión de mujeres de Medellín a tomar cartas en el asunto: escuchó a un grupo de ellas y escribió 11 cartas de amor por encargo.