FERENC MOLNAR
«El solar que daba a la calle Pál era llano y se ajustaba a la perfección a la idea que tenían de una pradera del Lejano Oeste. Los montones de madera eran ciudades, bosques, las Montañas Rocosas... y Boka había elegido dónde construir cuatro o cinco fortines, cada uno con su propio mando.» En cuanto cae la tarde y acaba el estudio, los chicos se reúnen en el solar de la calle Pál. Es su territorio, un sitio en el que el juego tiene normas propias, que requieren compromiso y dedicación. Sus principios se verán cuestionados cuando la temible banda del Jardín Botánico pretenda apoderarse del lugar. Entonces, liderados por la valentía y la inteligencia de Boka, deberán defenderse en una batalla final. Hasta llegar a ese punto culminante, sus ideales de amistad, traición, lealtad, compañerismo y respeto se verán puestos a prueba. Y así, el espacio de juego donde los niños invierten toda su energía se transforma en una escuela en la que aprenderán a afrontar la realidad de la vida.