DIANA VILLA LOPEZ
La tristeza limita con la práctica totalidad de los poemas de Palabras primitivas. Aun así, no se trata de un velo lúgubre sino más bien de una pátina claroscura a través de la cual la vida emerge sin jolgorio, pero a la vez sin gemidos sobreactuados. Se trata, más que de un lamento, de aquella sequedad que Octavio Paz consideraba imprescindible para que la poesía pudiera cumplir con su cometido principal: arder bien (...)Hay llanto, sí, en los poemas de Diana Villa, pero en cada uno de ellos hay una línea, un adjetivo o un guiño que nos cuenta el secreto: quien escribe no es el enfermo desahuciado sino el vivo rebelado ante el dolor; no la víctima aplastada sino la mujer herida que se subleva. Pala. Fragmentos del prólogo