SCHIMEL LAWRENCE
Un niño de unos ocho años nos habla de las razones por las que se siente afortunado; una de ellas es la suerte de tener un hermano único como el suyo, Jose. Y es apenas natural que el narrador se sienta afortunado por su hermano ya que también él, Jose, tiene mucha suerte: puede leer aún cuando sus papás le piden que apague la luz, puede tener un labrador como mascota para él solo y puede recordar sin problema dónde está cada cosa en su casa.
Un libro prescrito para abordar la percepción de los sentidos de una forma amplia y para así resaltar el valor de la diferencia, en este caso ligada a la vista, con el fin último de abrir un camino para entendernos como las personas plurales que somos.