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18 NOV

Hannah Arendt: una existencia desbordante

Por Gabriel Jaime Murillo.
Hannah Arendt: una existencia desbordante

El título de esta hermosa biografía en cómic de la célebre filósofa alemana del siglo XX, Hannah Arendt, recoge las tres dimensiones que delineaban una existencia desbordante que no cabía en el tiempo ni en el espacio que le tocó vivir: la de la amante (que no lo fue solo del malhadado Heidegger), la de la pensadora y la de la trabajadora.

No obstante, en la versión original en inglés el título alude a las tres huidas que marcaron su periplo del exilio. Primero, la huida a Berlín, antecedida por la salida de su natal Königsberg provinciana –sí, la misma que viera pasear en otra época al imperturbable Kant, el racionalista puro– con parada en Marburgo desde los 17 años donde recibió las enseñanzas tempranas de filosofía en la labia amorosa del “tinieblo” M. H. que le doblaba en edad. Después la huida a París, cuando ya los nazis le respiraban en la nuca, aunque no pudo impedir el encierro en un campo para mujeres judías en el sur de Francia. Y finalmente, el exilio definitivo en Nueva York. 

Las preciosas viñetas, que componen el relato visual y textual de una vida exuberante e intensa como pocas, se nutren de una investigación en profundidad del itinerario vital y del conjunto de la obra del personaje. Además, muestra precisión en los detalles de lugares, temporalidades, gestos y maneras de todo un abigarrado salón de artistas, intelectuales y científicos que rodearon la vida pública y privada de Hannah. Por supuesto, no podía faltar el detalle de su fiel cigarrillo, sus cejas pobladas y su voz cavernosa que no se para en mientes para decir lo políticamente incorrecto y nombrar lo que otros callan.

Palabras, trazos, silencios y sombras que subrayan un humor sutil y condescendiente con una pensadora que ocupa un sitio entre nosotros. Con dicha caja de útiles, este cómic devela la urdimbre de una obra motivada sin pausa por el afán de comprender esto que somos, valga decir, cómo es, cómo funciona la condición humana en la época del totalitarismo donde campa a sus anchas la banalidad del mal, ayer como hoy.

 

Increíble, ¡lo quiero!

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