HÉCTOR ROJAS HERAZO
¿Cuáles serían las dolencias del Creador al momento en que Rojas Herazo resolvió fundar a Cedrón con jirones de su vida, con la aguja del recuerdo y el hilo de su habla? Debió estar enfermo, qué duda cabe, de una feroz melancolía. De ahí el tono agonista, sufriente, de esta ambiciosa novela. Si el gran personaje Leocadio Mendieta tiene siempre en su andadura por el mundo un talante de enfermo terminal y un carácter despótico que no le permite sino morir, como todo tiranuelo, a cuentagotas, todos los seres de Cedrón, cuya fundación es anterior a su existencia, pertenecen a una fantasmagoría donde recala, aquí y allá, el tema del otro. Del otro en un sentir existencial, que en una idea sartreana recuerda que "no se necesita parrilla: el infierno son los otros". Juan Manuel Roca