LUIS E INIGO
Los rios siempre han estado ahi, junto a nosotros, frente a nosotros, incluso, como escribiera T. S. Eliot, dentro de nosotros. Quiza no somos ellos, pero si somos en ellos. Nos han servido de caminos y de fronteras; han saciado nuestra sed y se han teñido con nuestra sangre; nos han traido la abundancia y la escasez; los hemos venerado como dioses y maltratado como esclavos; remontando sus aguas todavia salvajes, hemos viajado hacia lo desconocido...Aprendimos a cultivar la tierra y apacentar rebaños, a moldear la arcilla, tejer cestos y forjar metales; construimos ciudades, acueductos y puentes; embridamos sus aguas rebeldes con canales y presas; las usamos para regar nuestros campos y mover las inmensas turbinas de nuestras centrales hidroelectricas, y dimos en pensar que todo cuanto nos rodeaba, por supuesto, tambien ellos, debia estar a nuestro servicio. Pero, como el audaz aprendiz de brujo del poema de Goethe, que osa manipular fuerzas cuya naturaleza desconoce, les hemos causado un daño que quiza ya no seamos capaces de reparar. Hemos contraido, pues, una enorme deuda de gratitud con los rios y les debemos tambien una reparacion. Podemos cuidarlos mejor desde ahora. Pero debemos tambien reconocer su papel en nuestra historia.Este libro trata de hacer eso: explorar un nuevo camino, abordando el pasado desde una perspectiva que nunca se habia adoptado, situando a los rios en el centro de los procesos historicos y reflexionando sobre el papel que han desempeñado en ellos.