J. A. GONZÁLEZ SAINZ
Cuatro divertimentos, pero también avisos, tan graves como humorísticos, que buscan proyectar una especie de cuadrilátero metafórico de nuestras vidas.
En estos caprichos o disparates, González Sainz ha querido navegar esta vez en una corriente que podríamos decir que discurre de Cervantes a Goya y a Kafka o Pirandello. Se trata de cuatro divertimentos, tan graves como humorísticos, que buscan proyectar una especie de cuadrilátero metafórico de nuestras vidas; cuatro iluminaciones sobre la condición de nuestra época y de nuestra conciencia o falta de ella, sobre el destino de los habitantes del nihilismo contemporáneo, con su sistemático embarullamiento, falsificación y banalización de todo, y sobre la naturaleza del poder y la inocencia, sobre el engaño y el vaivén de las cosas humanas.
«En unos momentos en que la fantasmagoría de la realidad es tan desenfrenada -ha sugerido el autor-, quizá nada mejor que la apremiante realidad de estas fantasías para alumbrar nuestras vidas: nada mejor que el inquietante extravío de los personajes para centrarnos, y pocas cosas tal vez más adecuadas que sus disparates y desatinos para atinar algo más, y disparatar quizá algo menos, en nuestras decisiones y comportamientos individuales y colectivos.»
Con una prosa de meticulosa precisión y una mirada capaz de captar lo extraño que aflora en lo cotidiano, el autor introduce al lector en misteriosos territorios narrativos y lo acerca al vértigo ante lo desconocido a través de situaciones insólitas e imaginarias que, sin embargo, o por ello mismo, iluminan insólita e imaginariamente lo más habitual y real de nuestras vidas.
«Nadie que lo haya leído podrá olvidarse» (Manuel Llorente, Zenda).
«González Sainz, como Ferlosio, Benet, Pombo, Gándara, ha creado una narrativa ambiciosa, sin puntos de referencia con otros escritores españoles contemporáneos» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia).
«Un maestro del idioma que se prodiga menos de lo que sería deseable» (Jon Juaristi, ABC).