ELIZABETH REINOSA ALIAGA
Sobre el mar o por el aire, los seres vivos se mueven, y con ellos se dispersan las semillas. De aquello que se queda, lo que viaja o eso nuevo que surge en su destino es de lo que hablan estos poemas. Ya sea desde un barco que transporta fantasías, en la correspondencia de dos amigos que describen sus paisajes, su añoranza, hasta la fronda de un limonero que alberga una familia, la búsqueda del hogar y la evocación de las raíces se exploran con una musicalidad prodigiosa, que emana una explosión de imágenes, colores y personajes fascinantes.